Tratamientos de Oclusión

En odontología la usamos para referirnos al modo en el que reposan los dientes superiores sobre los inferiores en el momento de cerrarlos y durante el trabajo mandibular para masticar y succionar los alimentos.

En odontología, la oclusión tiene una gran importancia, ya que de ella depende en gran parte la salud de los componentes del sistema estomatognático (dientes, implantes, encías, musculatura masticatoria…)

Los orígenes de la mala oclusión suelen ser de etiología multifactorial: desde ausencia de piezas dentales, bruxismo, el empleo de prótesis dentales mal adaptadas o articuladas, e incluso motivos genéticos.

Las consecuencias de una mala oclusión son varias y afectan a varias partes del cuerpo.

En primer lugar, la limpieza es más complicada, por lo que aumenta el riesgo de problemas como caries, gingivitis o periodontitis.

En segundo lugar, una maloclusión no solo provoca dificultades a la hora de la masticación, sino que puede acabar generando otra serie de problemas como dolores en la mandíbula, musculares, de cabeza y de cuello. Es también causa del bruxismo, el hábito de rechinar los dientes.

En tercer lugar, una mala oclusión dental puede producir también dificultades a la hora de hablar o vocalizar correctamente.

Los tratamientos para solucionar un problema articular, son varios y dependen de su etiología. La ortodoncia, las prótesis y más específicos, las férulas de descarga o los tallados selectivos, son las armas con las que los odontólogos contamos. En muchas ocasiones tenemos que hacer interconsultas con fisioterapeutas especializados en ATM.

Cuando el desgaste dental es muy grande, la mejor opción de tratamiento es con prótesis fija, haciendo rehabilitaciones completas de todas las piezas dentales, de forma a restituir la forma, anatomía y oclusión correctas.